Un coche de gerencia es un vehículo ya matriculado y utilizado durante un breve periodo (generalmente entre 6 y 12 meses) por altos cargos o personal interno de una marca automovilística o concesionario. Una vez pasado ese tiempo, se pone a la venta a un precio significativamente menor al de un coche nuevo.
Por lo general, tienen menos de un año de antigüedad y entre 8.000/10.000 km recorridos, aunque algunos no superan los 6 meses. Además, al estar bajo cuidado de la marca, suelen estar en excelente estado y contar con revisiones realizadas en talleres oficiales. Dado que van a ser utilizados por ciertos cargos de la empresa, la mayoría de ellos son versiones de gama media o alta, con numerosos extras incluidos.
Así, la diferencia clave con un vehículo kilómetro cero es que este último ha sido matriculado por el concesionario para cumplir objetivos de ventas, sin estar necesariamente asignado a directivos. En cambio, el coche de gerencia sí ha sido usado por la empresa para gestión directa, por lo que suele tratarse de modelos más altos y mejor equipados.
Un coche de gerencia no debería haber sido parte de una flota de alquiler. Sin embargo, para asegurarte, pide un informe de la DGT: si solo ha tenido un titular (normalmente el concesionario) y el kilometraje es bajo, es muy probable que sea un auténtico coche de gerencia. Si ves varias transferencias o un uso intensivo, desconfía.
La principal desventaja es que no existe capacidad de personalización, puesto que el coche ya viene configurado, por lo que no podrás elegir color, extras o motorización. Además, aunque el precio sea menor al de un coche nuevo, el descuento no es tanto como el que se aplica a un vehículo km 0.
En primer lugar, es imprescindible echarle un ojo al kilometraje exacto. Lo ideal es que esté por debajo de 15.000 km. También te recomendamos que solicites un informe a la DGT para comprobar que el vehículo no cuenta con transferencias ni cargas. Por último, asegúrate de que la garantía es la de un coche nuevo.
Cuentan con la misma garantía oficial que los vehículos nuevos, tanto de fábrica como de concesionario. Habitualmente, esta garantía es de entre 2 y 3 años o un determinado kilometraje, al igual que sucede con los vehículos kilómetro 0.
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