Un vehículo de ocasión es un coche seminuevo que, por lo general, ha tenido un único dueño o se ofrece a través de empresas de leasing. Además, para entrar dentro de esta categoría, el coche debe tener un kilometraje inferior a 15.000 km.
De hecho, la principal diferencia entre un vehículo de ocasión y uno de segunda mano radica en ese límite de kilometraje y en el número de propietarios anteriores. Mientras que en los coches de segunda mano no hay restricción en estos aspectos, los de ocasión destacan por ser modelos más recientes y poco usados.
La gran ventaja que encuentran los usuarios en este tipo de coches es la relación calidad-precio, ya que se trata de coches con fecha de fabricación menor a 2 años, en excelentes condiciones y a un precio más asequible que el de un coche nuevo a estrenar.
El ahorro depende del tipo de vendedor, si se trata de un profesional o de un particular. Sin embargo, por lo general, el ahorro ronda entre el 10% y el 15% respecto al valor de un coche nuevo con características similares.
Por ley, los coches de ocasión cuentan con una garantía mínima de un año. No obstante, hay empresas que ofrecen una garantía extendida, especialmente cuando el vehículo cumple ciertas condiciones o se contrata un servicio adicional.
Depende de las prioridades que se tengan. Un concesionario siempre ofrecerá mayor seguridad jurídica y garantías, así como la posibilidad de financiación. Sin embargo, el margen de negociación es menor en comparación con la compra a un particular, por lo que el precio tiende a ser más alto.
Sí, ya sea a través de un préstamo bancario o incluso del mismo concesionario en el que adquieras el vehículo. Por otro lado, también existe la opción de contratar un leasing o un renting.
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